SOBRE LA CARACTERIZACIÓN DEL HOMBRE AMERICANO: DESHUMANIZACIÓN/ MITIFICACIÓN ( ESPAÑOL)


  
La imagen del hombre americano durante la colonización de américa, muestra las distintas miradas en torno de la imagen de los indígenas, es decir los pueblos que ya habitaban este continente, comenzando por la mirada de Colón uno de los precursores de este proceso de caracterización de América. 

La descripción de Colón acerca del nuevo mundo, tratase de observaciones croas y superficiales, que analizan los indígenas como seres que no podrían pertenecer a ninguna sociedad, ya que según colón no poseían aspectos como: la cultura, valores, costumbres de una sociedad occidental.  Es decir que, en la concepción visual del almirante Colón, los habitantes de América eran en su visión seres inferiores intelectualmente y biológicamente diferentes que no servirían para ser utilizados durante el proceso exploración de la tierra, solamente como objeto comercial o como “animales”.  


Todavía en los conceptos de Hernán Cortés acerca de América iban contra las observadas por Colón. Tras observar la civilización alcanzada por los aztecas concluyó que se tornaba imposible caracterizar los indígenas de la forma tan grotesca como en el discurso colombino y describe los habitantes de América de una forma un poco más positiva. Ya que no cuestiona la humanidad del hombre americano, caracterizando los indígenas como buen siervo, es decir redefine la caracterización hecha por Colón de cosa o pieza tornando los indígenas humanos, pero esta humanización no está en el mismo grado que de los europeos, la superioridad de los mismos aun es evidente en el discurso de Cortés.  Además de esto también consideraba los aztecas inocentes y que deberían tener un protector, ya que no sabían defenderse. Este les enseñaría a desarrollar su educación y obediencia, a partir de esto se tornaría fácil la dominación y posiblemente el avanzo de la conquista de esta tierra. 


Bernal Díaz, por su vez, caracteriza el aborigen, a partir de aspectos de monstruosidad se fijando en los comportamientos considerados  contra a naturaleza humana, como por ejemplo la sodomía y el canibalismo, teniendo obsesión por los rituales como el canibalismo, lo cual describe en su narrativa historia verdadera estos complejos rituales de una forma fantasiosa, atribuyendo a los indígenas características irracionales, que causan extrañamiento despertando el miedo y tornándolos por veces seres mitificados.


Sin embargo, Bartolomé de las casas redefine las caracterizaciones hechas hasta entonces se oponiendo por partes, a la mitificación de los indígenas, al reduccionismo del pueblo americano a categoría de objeto, a la identificación con los monstros y a la privación de la libertad, centralizó la idea que los indígenas eran buenos individuos, hasta mismo más superiores en algunos aspectos que los occidentales y que solamente necesitaban aprender los enseñamientos del Cristianismo. Alvar Núñez, por su parte siguió la misma dirección que Las Casas, pero siendo un poco más objetivo puesto que conocía más a fondo los costumbres de los indígenas, debido a la larga convivencia con ellos. Afirma que los indígenas tenían aún comportamientos primitivos, pero así como Las Casas la humanidad de los mismos era evidente, esta constatación se apoyaba principalmente en la civilización y en los valores que los hombres americanos tenían. Los discursos hechos por los dos fueron importantísimos en el surgimiento de nuevas leyes. Sin embargo no lo suficiente para cancelar el estereotipo creado por Colón, que mismo tras la creación de estas nuevas leyes no cambió de forma sustancial la situación de los indígenas ya que continuaban siendo esclavizados y bestia de carga. 


Es en esto contexto ideológico que surge la caracterización creada por Alonso Ercilla en su epopeya “La araucana” que desarrolla una visión extremamente exaltada de la caracterización del hombre americano, que luego hizo surgir varias críticas, principalmente porque el autor engrandecía la cultura y los valores de un pueblo indígena. Ercilla destaca en su poema la superioridad biológica de estos hombres, poniendo en evidencia la relación hombre y el ambiente que habita. Además de esto describe los indígenas como fuertes guerreros y grandiosos.  Es decir, en seres mitificados superiores a los pueblos de Europa. 


Tanto las araucanas como los araucanos son ensalzados e idealizados pero con una distinción, puesto que en los hombres la mitificación e idealización es hecha se apoyando en cualidades reales de los mismos como la violencia y el valor que ellos tenían, esto ocurre también en la presentación de las figura colectiva de las mujeres que son presentadas con los mismos valores masculinos, con virtudes guerrera, luego naturales aproximándose mucho de la realidad. Sin embargo los personajes femeninos cuando tratados individualmente se organizan a través del modelo tradicional de la literatura occidental centrado en virtudes como castidad, la honra y teniendo como eje central el amor.  Justamente en este momento que Ercilla se aparta de la intención documental de su poema, poniendo en algunos personajes femeninos cualidades que no eran reales en el pueblo araucano.
 

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